WASHINGTON DC (CyberNews) – La comisionada residente, Jenniffer González Colón, describió el lunes la creación del Código de Incentivos como una gran oportunidad para fortalecer el sector agrícola en Puerto Rico.
“Nuestros agricultores deben tener las herramientas necesarias para hacer crecer esa industria en la isla. Por ello respaldo que permanezcan los incentivos agrícolas que hoy producen en nuestra economía más de 800 millones de dólares en producción; nuestra agricultura además de ser una actividad económica, es supervivencia. Hoy importamos más del 80 por ciento de lo que consumimos y eso es razón suficiente para incentivarla esta industria y subsidiarla”, expresó la comisionada residente en declaraciones escritas.
En agosto pasado González Colón, creó su Comité Asesor de Agricultura integrado por representantes de diversos sectores de la agricultura quienes le han comunicado su preocupación por la revisión de incentivos que se lleva a cabo.
A su vez le han expresado a la comisionada sobre la inquietud que hay con el traspaso de responsabilidades sobre estos incentivos al Departamento de Desarrollo Económico a pesar de ser el Departamento de Agricultura la agencia encargada de propiciar el desarrollo de ese sector, proteger la industria agrícola y con el conocimiento de las necesidades reales. Por lo que la comisionada le enviará una carta a los presidentes legislativos y al gobernador para que se mantengan estos incentivos en el Departamento de Agricultura.
“Puerto Rico tiene el potencial de disminuir la dependencia de importación de alimentos y así asegurar nuestra sostenibilidad alimentaria. Una de las cosas que aprendimos con el paso de María, es la dificultad que se crea de reabastecer la isla de comestibles que pudieran producirse localmente y estar almacenados para nuestro consumo. El Sector Agrícola es uno de los más vulnerables y las pérdidas económicas en muchos casos son inevitables. Aún así, aportan unos 800 millones de dólares a nuestra economía”, añadió la congresista.
Hace siete años la isla producía el 35 por ciento de legumbres, cereales y tubérculos; 30 por ciento de la demanda local de producción de leche y sus derivados representan el mayor renglón de la producción en Puerto Rico. Luego del huracán, la agricultura se afectó en más de 1,800 millones de dólares contando la devastación de terrenos, cultivos y maquinarias entre parte de los daños.