EL CAPITOLIO (CyberNews) – Las Comisiones de Pequeños y Medianos Negocios y Comercio, y de Asuntos del Consumidor, Banca y Seguros presididas respectivamente por los representantes Nelson del Valle Colón y la representante Yashira Lebrón Rodríguez, iniciaron el jueves el análisis el Proyecto de la Cámara 1997, para prohibir el expendio y la utilización de cualquier protector solar que contenga las sustancias químicas oxybenzona y octinoxato en todo establecimiento comercial de venta y distribución autorizado conforme a las leyes del Gobierno de Puerto Rico, debido a los efectos que tienen estas sustancias sobre los corales.
Según un estudio de Archives of Environmental Contamination and Toxicology cada año unas 14 mil toneladas de protector solar terminan en los arrecifes de corales alrededor del mundo.
La acumulación de estos químicos en los corales contribuye al blanqueamiento de estos, ya que elimina las algas que crecen dentro de ellos, cambiando su color y liquidando nutrientes que sustentan otras vidas marinas. Asimismo, afectan o retrasan su crecimiento. Es así como la flora marina queda perjudicada gravemente.
La intención específica del representante Joel Franqui Atiles, es prohibir el expendio y utilización de cualquier protector solar que contenga las dos sustancias oxybenzona y octinoxato, sin la prescripción de un médico. No obstante, estarán permitidos aquellos de formulación natural o que contengan óxido de titanio u óxido de zinc.
“Debemos ser agresivos en proteger nuestro medio ambiente. Aún más, cuando están disponibles productos que brindan la misma protección solar sin los componentes químicos que afectan la flora marina”, se indica en el lenguaje de la medida.
Durante la vista pública compareció la Lcda. Laura Díaz, asesora legal del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), quien favoreció la pieza legislativa para la conservación de los arrecifes de coral y para el bienestar de la ciudadanía cuyo sistema endocrino se puede ver afectado por el uso en específico de la oxybenzona en la piel.
“El proyecto es una iniciativa de vanguardia que le permite a Puerto Rico alinearse con el movimiento a nivel mundial para proteger los arrecifes de coral. Ya el estado de Hawái y la República de Palau han emitido piezas legales para limitar la entrada de estas sustancias a sus cuerpos de agua y reducir los estresores de los arrecifes de coral”, dijo la deponente en comunicación escrita.
A renglón seguido, recomendó que se aclare en el proyecto si la prohibición será para el uso de productos que tengan ambas sustancias o una de ellas. También sugirió revisar las penalidades para que aumenten de modo que sean disuasivas para los comerciantes. El proyecto establece multas que comienzan en 50 dólares por la primera violación, 100 dólares por una reincidencia siguiente y 200 dólares en ocasiones subsecuentes.
Por su parte, Francisco López Mújica, de la organización Arrecifes Pro Ciudad, apoyó la medida ya que “los corales son los animales más delicados y sensibles que componen los arrecifes. Estos corales blandos y duros se afectan por variaciones en grados de temperatura y en nuestro entorno caribeño las altas temperaturas del agua causan blanqueamiento y muerte eventual del coral”.
“A esto se unen los efectos a los corales ubicado a tan solo 20 pies de la orilla de las playas de Isla Verde, por lo que el contacto directo con estos químicos cubre los pólipos de los corales aniquilando la primera línea de defensa natural con la contamos para protegernos de la energía de las olas que erosionan nuestras costas. No solo nos protegen, también los arrecifes de coral representan un atractivo turístico fomentando la economía local”, expresó López Mújica.
Este puntualizó que la importancia de los corales, específicamente en la zona metro, es de tal magnitud, que de no existir esta barrera, la energía del oleaje, efecto del calentamiento global, afectaría las playas del área y chocaría con la costa.
Mientras que Chelsea Sánchez, del grupo 7 Quillas, que se dedica a la protección de los tinglares, sostuvo que este proyecto es necesario ya que la “toxicidad de los bloqueadores solares tiene un efecto multiplicador en la vida marina y su ecosistema ya que dicha toxicidad es mortal para los corales, lo que provoca que la primera línea de defensa contra marejadas ciclónicas desaparezca causando erosión de las costas teniendo como consecuencia costeras provocando inundaciones de proporciones significativas”.
La representante del del grupo 7 Quillas añadió que “la destrucción de hábitats marinos donde viven los manatíes y las tortugas marinas, que son indicadoras de la salud de los mares y abundante vida marina que nos suple alimentación y nutrición, trae consigo efectos adversos a la calidad de vida de todos los que compartimos este planeta”.
Corrido, Ruz Deliz, directora ejecutiva de la Organización Pro Ambiente Saludable (OPAS), acogió favorablemente esta iniciativa ya que “reconoce la gran importancia de los arrecifes y la alarmante denuncia por expertos del gran peligro en que se encuentra este ecosistema”, cuyo valor en el área noreste en la Isla fue establecido por el DRNA en el 2007 en unos 1,800 millones de dólares.
Deliz informó que a raíz del azote del huracán Irma y María, la Federal Emergency Management Agency (FEMA), se asignó el pasado año $850, 000 para la evaluación de daños y restauración de arrecifes, sentando un precedente histórico con la primera asignación de fondos para este fin.
A preguntas de los Representantes, Deliz señaló que existen alternativas en las grandes cadenas así como a nivel artesanal para estos productos, lo que impulsaría el desarrollo económico de los pequeños comerciantes.
Al finalizar la vista pública tanto el representante Del Valle Colón como Lebrón Rodríguez consideraron importante que se siga estudiando esta medida que busca ayudar no solo al ambiente sino a la calidad de vida de los ciudadanos que se ven afectados por el cambio climático. Además, informaron que se proponen citar a dermatólogos para analizar el aspecto salubrista de la medida.